Soy Emma, tengo 40 años y soy gorda porque me da la gana. Podría decir que tengo el metabolismo lento, que como menos que mis amigas flacas… y mil excusas mas. Pero la verdad es que (en mi caso) si hago dieta estricta adelgazo. Pero a mi hay dos cosas en la vida que me dan mucho placer, una es comer y otra, tocar las narices y provocar. Cuando era mucho más joven pasé por todas las fases: la de víctima, la de maltratada en el instituto, la de excluida, la de auto compadecerme, la de hacer mil dietas para no llegar nunca al puñetero peso perfecto… Hasta que un día la edad y el cansancio, supongo, me abrieron los ojos y una voz me habló y me dijo: “Y si te gusta tanto fastidiar…¿Por qué no te quedas gorda y feliz que eso hoy en día jode mucho?”. Y eso hice. Así que decidí estar sana, comer lo que me apeteciera y andar más que Forest Gump para compensar. Porque a mi matarme de hambre para estar flaca no me merece la pena. Por lo tanto elegí ser gorda y que ...
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