Pues sí, aquí en las memorias de una cuarentona está el capítulo de cuando tuve un idilio con mi ídolo, al que llamaremos Señor X. Ese que has visto tantas veces en la tele. Con el que has tenido algún que otro sueño erótico. El inalcanzable. Pues sí, ese. Un hombre acostumbrado a acostarse con las más guapas y poco acostumbrado a que pasen de él… La historia empezó un día que decidí hacer uno de esos cursos donde te enseñan a meditar. Y yo me engalané con mi vestido monísimo, mi pelo planchado, mi eyeliner perfecto y mis taconazos. Al llegar al curso tuve dos sorpresas: una que no pegaba nada (la mayoría iban vestidos como para hacer deporte), y dos, que allí estaba el hombre de mis sueños en pantalón de deporte dispuesto a hacer el curso conmigo. loading... El curso duró dos días. Y yo no le dirigí la palabra en ningún momento. Todas las chicas le rodeaban y le reían las gracias constantemente, pero yo me mantuve al margen, con una actitud algo altiva como si me pareciera to
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